La luz solar intensa sobre la madera sin protección destruye la lignina, componente de la madera. A la madera al aire libre se le da una superficie gris desgastada y similar a un relieve mediante el lavado de la lignina destruida. En este estado, la madera con poca resistencia ya no está protegida contra la entrada de agua y favorece la colonización de hongos destructores de la madera. Las maderas tropicales son una excepción. La teca en particular desarrolla un color plateado homogéneo sin sacrificar la resistencia.